-Pobre, luce tan cansada- pensó Elizabeth y silenciosamente se acercó para darle un tierno beso en la frente y susurrarle al oído -que razón tenias cuando decías que Dorian no era para mí, debí hacerte caso pero no te preocupes, las cosas ahora estarán mejor.
-Elizabeth...te quiero mucho...-respondió aun dormida la señora.
-¡Vaya que buen oído tiene!- pensó sorprendida Elizabeth al no esperar tal respuesta.
Decidió entonces subir a su antigua habitación donde había vivido gratos momentos durante su adolescencia, allí conversaba largo rato con Julia, su mejor amiga, además era el lugar favorito de Dorian para conjugar sus cuerpos extasiados, pues el remolino de pasión eclipsaba sus cuerpos desnudos haciendo buen contraste con las estrellas esparcidas en el techo...
Había tantos recuerdos pasando por la mente de Elizabeth siendo imposible ordenarlos...Su tocador estaba tal como ella lo había dejado la noche en que terminara su relación con Dorian; aún estaba la foto rota tras su desesperación y un poema escrito en el espejo, reflejando sobre él los sueños rotos y el desahuciado deseo de la persona amada... Se recostó en la cama para contemplar por última vez las estrellas que tantas veces presenciaron una historia de amor sacada de un cuento de hadas, inevitablemente la lágrimas se desbordaron de aquellos ojo hundidos en la penumbra de un corazón herido...
-¿Regresara a mi?- preguntaba a sus fieles cómplices.
Se hacía tarde y Elizabeth pensaba visitar a Julia; sabía que estaría molesta por no haber seguido sus consejos, cegándose ante la advertencia de su amiga al descubrir el engaño de Dorian, pero necesitaba verla...Salió de la habitación y bajo lentamente las escaleras evitando despertar a su madre que yacía descansando tras un largo día de lagrimas... La lluvia había desaparecido abriendo paso a los rayos de sol que delineaban un hermoso arcoíris. Se dirigió al parque cerca de la avenida principal en donde Julia solía acudir con Melanie, su pequeña hija. Elizabeth presentía que ahí la encontraría, tal vez aun molesta por desconfiar de sus palabras o quizás feliz porque finalmente le daría la razón...
Sentada en una banca se encontraba Julia observando sigilosamente cada movimiento de su hija en aquel columpio que tanto divertía a la pequeña. Temerosamente Elizabeth se acerco a su amiga...
-Perdóname...- Dijo sentándose junto a ella mientras dirigía su mirada hacia la pequeña Melanie, quien recogía luego de columpiarse algunas flores que dormían sobre el pasto formando un abstracto camino hacia su madre.... Elizabeth no encontró respuesta de aquella mujer de piel canela, sin embargo continua hablando...
-Aun sigues enfadada pero fue la única manera de olvidarlo...si tan solo te hubiera creído cuando...
-Espero que así te sientas mejor Elizabeth- Concluyo Julia y con la tristeza a punto de excederse se levanto para tomar a Melanie entre sus brazos, abandono el racimo de flores en la banca y se marcho. El retoño de Julia sonrió y dijo adiós agitando su pequeña mano a Elizabeth...Permaneció sentada ahí un largo rato, una extraña sensación recorría su cuerpo, eso la hacía sentir aliviada un poco...Nuevamente apareció de la nada Uriel con un obsequio para ella...
-¿Y esto?- pregunto confundida ante el gesto amable.
-Eres tú, una obsidiana pura, simboliza el comienzo de una nueva etapa -respondió Uriel acariciando el cabello de la chica y mirándola tiernamente.
-Al principio de los tiempos todo era oscuridad...-sonrió Elizabeth al comprender lo que Uriel trataba de decir, a lo que él, contemplando el cielo que se teñía del atardecer respondió serenamente.
-Exacto, estas dejando el dolor atrás para encontrar paz en tu corazón...-dicho esto Uriel suspiro y la miro nuevamente
-¿Sabes? tu me recuerdas mucho a Dorian- Elizabeth sutilmente se acerco a Uriel, quedando frente a su rostro...su cercanía era tanta que Uriel podía percibir el vaho de aquella chica...Uriel acaricio el rostro de Elizabeth mientras ésta cerraba sus ojos, suevamente aquel joven de mirada seductora acerco sus labios a los de la chica, lográndolos tocar suavemente con un ligero rose...
- Pero yo soy mucho más guapo que él...-Uriel había logrado su objetivo, robar de ella una sonrisa...
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